EL JUEGO MENTAL HEVAGA
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Se han escrito muchas cosas acerca del juego mental en el deporte, éste
artículo en particular me parece de los más entendibles (tal vez por ser
simple), con gusto se los comparto.
Héctor Vázquez
El Juego Mental I
La fortaleza mental es uno de los requisitos más importantes y necesarios en
toda actividad deportiva. Sin esta, difícilmente podremos hablar de un
deportista exitoso a pesar de una buena técnica y preparación física, mas
bien lo haremos de un deportista promedio o de repente bueno, pero que no
llegará más allá o destacará. Este punto es definitivamente uno de los
fundamentales a trabajar en la preparación psicológica de todo deportista en
general, pero sobre todo en los competitivos y aún más en los de élite, pero
a pesar de su reconocida importancia es uno de los más difíciles de lograr.
Es uno de los conceptos más utilizados actualmente por periodistas,
comentaristas y demás, sin embargo, es un constructo psicológico mucho más
complejo de lo que pudiera imaginarse y es, además, uno de los puntos más
difíciles de conseguir y consolidar para los deportistas. La habilidad
mental le puede permitir a un deportista con menores aptitudes y capacidades
físicas que su contrincante lograr el triunfo.
"EL CUERPO HACE LO QUE LA MENTE DICE."
Pero, ¿qué es la fortaleza mental?
Esta se conforme de diferentes componentes, como son:
Autoestima: El deportista debe tener consolidada una buena autoestima, si no
cada derrota será vivida y sentida como algo muy doloroso que atenta contra
su ego (yo), lo que podrá generar mucha rabia, enojo, frustración e incluso
burnout (fenómeno de saturación por el cual los deportistas pierden la
diversión en la práctica deportiva que puede ocasionar el abandono de la
misma). Una persona con una adecuada autoestima reconoce su valía pero,
también, sus defectos, se quiere tal y como es, aceptando sus virtudes y
defectos, sin que esto signifique que no trate de superarlos. Por esto, el
deportista debe tener la capacidad de separar su vida personal, llámese
laboral, familiar, de pareja, etc., de la deportiva. Muchos deportistas ante
una derrota sienten que no valen nada en ningún aspecto de su vida y esto no
tiene asidero en la realidad. Sienten mucha presión por los amigos,
familiares, etc., sienten que los han decepcionado y a si mismos. Un
deportista con una adecuada autoestima sabrá equilibrar las cosas y verlas
desde su justa medida, sin engrandecer las victorias o las derrotas.
Poniendo las cosas en el lugar adecuado, esto significa que su valía como
persona no se ve afectada por resultados deportivos, estos se pueden dar o
no dar, pero cuando se hizo lo que se tenía que hacer y se dio el máximo
esfuerzo, no hay nada que tenga que reprocharse, se debe seguir por ese
camino, hasta que el fruto madure y caiga. Roger Federer actual número 1 del
circuito de Tenis ATP, dice que cuando tenía 19 años lloraba cuando veía a
sus contemporáneos, Andy Roddick y Lleyton Hewitt (primeros del ranking en
esa época) tan alejados de él, pero él siguió trabajando, confiando y
perseverando en su trabajo y talento; a los 21 años llegó su explosión, se
convirtió y fue reconocido cómo un fenómeno de su deporte, hasta ahora sigue
siendo casi imbatible. De haber problemas en esta área se deberá trabajarse
con un psicólogo.
"CADA SER HUMANO VALE POR LO QUE ES,
NO POR LO QUE TIENE O LOGRA."
Autoconfianza: En realidad forma parte de la autoestima, pero por motivos
didácticos ha sido separada. La confianza en sí mismo es vital para
cualquier deportista, un deportista con una pobre confianza, nunca podrá
rendir su verdadero potencial. Un elemento muy utilizado para alcanzar esto
antes de las competencias son los llamados rituales o "cábalas", la creencia
de que un hecho o acción incrementa el rendimiento del atleta es real porque
este lo cree así, es un afecto placebo (uno cree que algo funciona y esa
misma creencia hace que funcione).
La confianza que se tenga en sí mismo es determinante en el desempeño
deportivo del atleta, esta capacidad debe estar desarrollada de tal manera
que no sólo se tenga confianza, sino que pueda mantenerla o recuperarla a
pesar de lo mal que le esté yendo en la competencia o lo complicado de una
situación adversa, debe siempre creer en sí mismo y en sus posibilidades sin
importar que tan complicadas sean las circunstancias. No hay nada más seguro
para incrementar la confianza que los triunfos así como para derrumbarla las
derrotas, por eso, el deportista debe trazarse pequeñas metas para tener
pequeños triunfos cada día.
En el desarrollo de esta habilidad el entrenador cobra gran importancia
porque es la persona en la cual el deportista más confía y en quien más
cree, por lo que él diga o deje de decir cobrará mucha relevancia. Hay que
recordar que se dice mucho no sólo con las palabras sino con los gestos y
actitudes y de esto tienen que ser conscientes los entrenadores para tenerlo
en cuenta en el trabajo con sus deportistas. De igual manera, esto se tiene
que trabajar con el psicólogo, que debe aconsejar y asesorar al entrenador
para optimizar el trabajo conjunto y, a su vez, hacerlo por separado con el
deportista que no tenga consolidada esta habilidad psicológica o que en un
momento determinado de su carrera vea disminuida su confianza.
"UNO ES LO QUE CREE QUE ES."
Tolerancia a la frustración: En este punto tiene un valor muy importante la
educación que se le ha dado de chico al deportista, mientras más
acostumbrado haya estado a que le satisfagan sus caprichos y no se le haya
fomentado la autonomía en sus acciones, tendrá menos tolerancia a la
frustración y eso se verá, definitivamente, reflejado en su deporte. Esto
sólo se podrá cambiar con un buen entrenador, que sea consciente de esto con
el apoyo y asesoramiento de un psicólogo deportivo que lo ayude a trabajar
el tema con los padres. El tener chicos engreídos, caprichosos,
acostumbrados a recibir todo sin merecerlo, sólo originará hombres que no se
hacen responsables de sus acciones, deportistas que busquen excusas para sus
derrotas en vez de asumirlas como propias. Es lo que se conoce en psicología
como "locus de control", el deportista que atribuye sus derrotas o, incluso,
victorias a elementos ajenos a él tendrá un "locus de control externo"
mientras que el deportista que atribuya sus victorias y derrotas a sí mismo,
tendrá un "locus de control interno", estas personas se hacen responsables
de sus éxitos y derrotas lo que les permite trabajar sobre estas. No hay
deportistas exitosos que no tengan esto, todo buen deportista asume con
hidalguía sus victorias y derrotas.
Y saben que de las derrotas es de lo que más se aprende, no las ven como
derrotas, sino como circunstancias que le permiten darse cuenta de los
puntos que deben reforzar o trabajar con más fuerza, tanto en los
entrenamientos como en las competencias, son maneras de seguir aprendiendo y
avanzando en su deporte.
Jimmy Connors (ex tenista), cuando perdía decía:
"ME FALTÓ TIEMPO PARA APRENDER."
Perseverancia: Se debe tener una gran capacidad de perseverancia en el
deporte competitivo para soportar largas, duras e intensas sesiones de
entrenamiento, privaciones (alimentación, diversión, fiestas, trasnochadas,
etc.) y los sinsabores de la vida competitiva en el deporte, derrotas con
las que tiene que lidiar para llegar a la cima, la incertidumbre de si podrá
lograr sus objetivos, etc. Una alta capacidad de perseverancia es
fundamental para los atletas que desean llegar a lo más alto, los atletas
que tienen esta capacidad intrínsecamente o trabajada adecuadamente con un
psicólogo deportivo, pueden perseverar en la lucha por la victoria hasta el
último momento, nunca dan nada por perdido, nada está dicho hasta que acaba
el partido, la contienda o el evento deportivo, perseveran en la lucha,
hasta el final, a pesar del cansancio, fatiga, dolor o cualquier
circunstancia que esté en contra de ellos (árbitros, clima, porra, fatiga,
etc.).
Diversión: La práctica deportiva tiene su origen en la diversión, por eso un
pequeño comienza a practicar deporte, porque lo disfruta y eso hace que siga
perseverando en el mismo. Esto, muchas veces, comienza a desparecer en las
competencias. Es de recalcar que muchos deportistas cuando se les pregunta:
¿por qué practican su deporte?, se olvidan completamente de lo más
importante, que debe ser: "PORQUE ME GUSTA Y LO DISFRUTO", muchas veces
olvidan algo tan básico como esto, porque han caído en un ritmo tan fuerte
de competencia y una competitividad tan alta, que ya ni saben por qué lo
hacen, sino simplemente lo hacen. Los deportistas exitosos no olvidan esto y
lo que es mas, disfrutan más que nada las situaciones mayormente difíciles y
complicadas, lo que más gozan son las situaciones extremas, saben y sienten
que estas hacen brotar lo mejor de si, que competir contra los mejores, los
hace ser mejores. Un atleta que no se divierta en su deporte no durará mucho
en el circuito competitivo.
Por ejemplo André Agassi dice que contra quien más disfrutaba jugar era
contra Pete Sampras, se emocionaba muchísimo, que ningún jugador lo hacía
jugar como él, hacía que jugara en otro nivel, adoraba esas situaciones,
mientras otros deportistas podrían enfrentarlo con miedo, él lo hacía feliz,
ilusionado, ya que iba a poder desplegar su mejor tenis e iba a llegar a
otro nivel gracias a su contrincante. Esa es la forma correcta de afrontar
las competencias deportivas, como se puede ver, en su mente no está el
estrés y la ansiedad por ganar, sino el disfrutar la competencia y ese es el
camino correcto para la victoria. La victoria es la consecuencia de
disfrutar lo que se hace, es decir, un atleta gana porque se divierte y no
como creen algunos, se divierte porque gana.
"EL DEPORTISTA GANA PORQUE SE DIVIERTE."
Manejo de las emociones: Esto es muy importante, el deportista no debe
permitir que las emociones negativas como el enojo, la frustración o la
rabia se apoderen de él, porque, eso, lo único que ocasionará es sacar al
deportista de la competencia, consumir sus energías y desenfocarlo o
desconcentrarlo de la labor que tiene que realizar. Todo deportista que se
deje llevar por sus emociones, verá afectado su desempeño y su
concentración. Esto es algo que le sucedía a André Agassi en sus inicios, ya
que era un jugador muy temperamental. Es importante controlar los nervios en
los momentos críticos y no permitir que aparezcan las emociones negativas,
manejarlas, retirarlas y más bien, se deben buscar y promover las emociones
positivas. Esto es algo que muchas veces se les dificulta bastante a los
deportistas, pero por suerte hoy en día hay excelentes especialistas y
profesionales de la psicología deportiva que trabajan de manera excelente
estos aspectos.
"MOLESTARSE SACA DEL JUEGO AL ATLETA."
Manejo de los pensamientos: La mente nos habla constantemente, es por eso
que un deportista debe educar su mente para que lo alimente de los
pensamientos adecuados. El atleta necesita pensamientos positivos y no
negativos. El cuerpo hace lo que le mente dice, si la mente dice "no puedes
hacerlo", el deportista no lo va a hacer, porque su mente le dice a su
cuerpo que no es posible lograrlo, pero si la mente dice: "tú puedes
hacerlo", se incrementará el rendimiento, alcanzando muchas veces mayor
importancia y relevancia que el aspecto técnico. El deportista juega como
piensa, eso es lo que permitirá rendimientos picos. El atleta que piense mal
definitivamente no obtendrá los resultados deseados, en cambio al pensar
bien podrá rendir de una manera mucho mejor.
Hay que hacer la salvedad de que esto, es un aspecto más que hace la
diferencia, pero de ninguna manera debe o puede reemplazar el trabajo
técnico, físico o nutricional.
El manejo de los pensamientos es, también, uno de los puntos más trabajados
por la psicología deportiva aplicada y si un atleta presenta problemas en
esta área y desea mejorar, debe buscar ayuda en un psicólogo deportivo.
"LA MENTE PRECEDE A LA ACCIÓN."
En el mundo del deporte de élite competitivo encontramos diversos
deportistas con clara y demostrada fortaleza mental cómo son:
Lance Armstrong (ciclismo): Campeón por siete veces consecutivas del tour de
Francia (1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 y 2005, record), la competencia
más dura de ciclismo, según los entendidos, después de haber padecido un
cáncer testicular, que estaba generalizado, del cual se recuperó sólo con el
10 % de probabilidades de éxito, los mismos doctores dijeron que fue un
milagro. A su vez, después ha tenido encima todos los medios durante años
ejerciendo mucha presión sobre él y es el ciclista al que más antidoping se
le ha hecho en la historia del ciclismo ya que el ciclismo estuvo sumergido
en el doping en la década del 90. Muestra una clara e increíble fortaleza
mental con todos los elementos mencionados anteriormente.
Roger Federer y Rafael Nadal (tenis): Son tan fuertes mentalmente que no le
dan importancia a las circunstancias del partido, no interesa cuántos
problemas tengan en el mismo o cuan abajo estén en el marcador, en su mente
siempre pueden darle vuelta a eso y ganar.
André Agassi (tenis): Es un caso que personalmente me agrada bastante y que
es un claro ejemplo del trabajo psicológico realizado con él, por el
psicólogo deportivo Jim E. Loher. Cuando comenzó era muy temperamental,
caprichoso, engreído, tenía un pobre control emocional, baja tolerancia a la
frustración y con un locus de control externo. Sin embargo, ha logrado
trabajar de tal manera no sólo la fortaleza mental sino cada aspecto
psicológico de una manera tan notable, que este se ha convertido en uno de
sus puntos más fuertes en su tenis. Su mente maneja esta habilidad de manera
casi perfecta, es realmente impresionante ver el dominio de las técnicas
psicológicas. Además continúa compitiendo a los 35 años, edad en la cuál los
tenistas ya están retirados en este deporte, se retiran alrededor de los 30
años de edad y encima sigue compitiendo de igual a igual con los nuevos
valores del tenis, manteniéndose dentro del top ten, teniendo casi 20 años
en el tenis profesional.
Michael Schumacher (Fórmula 1): Siete veces campeón del mundo de la Fórmula
1 (1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004), que es el record, tiene tres
psicólogos con los que trabaja, esto ha rendido sus frutos siendo el
corredor de Fórmula 1 más exitoso de todos los tiempos en materia de
títulos. Incluso, el día que murió su madre ganó su sexto título mundial y
para lograr proezas de tal magnitud, se tiene que tener una excelente
fortaleza mental, para poder separar ese suceso de su mente durante la
competencia.
Ronaldo (Fútbol): En el mundial de fútbol de Francia 1998 ocurrió un hecho
lamentable para el fútbol, Ronaldo aparentemente convulsionó, hasta el día
de hoy no ha sido esclarecido exactamente que sucedió la noche antes del
partido, pero se sabe que los exámenes no dieron ningún problema físico. Lo
que sucedió fue puramente psicológico, fue demasiada presión para el momento
que atravesaba, no estaba preparado para llevar sobre sus hombros la presión
de liderar al equipo brasileño al título y ese día fue un fantasma dentro de
la cancha. Cuatro años después se dio la misma situación, Brasil una vez más
a la final con él a la cabeza, la diferencia ahora era que había trabajado
ampliamente la fortaleza mental y Brasil viajaba con cinco psicólogos
deportivos. Sin embargo, los "fantasmas" del mundial anterior lo perseguían,
por lo que le pidió a su compañero Dida (arquero) que lo acompañara. Esa
noche no durmió por miedo a que le fuera a suceder lo que pasó cuatro años
antes ante la misma situación y jugó excelentemente. Convirtió dos goles en
la final (ante el mejor arquero del torneo, el alemán Oliver Kahn, luego
declarado mejor jugador del torneo), fue el goleador del campeonato (8
goles) y llevó a Brasil al penta campeonato. En 1998 carecía de fortaleza
mental pero tras un trabajo adecuado, cuatro años después, estaba listo para
superar lo que no pudo cuatro años antes.
Vanderlei da Lima (Atletismo: Maratón): En los Juegos Olímpicos de Atenas
2004 iba primero en la maratón con una ventaja de treinta segundos sobre su
más cercano competidor, pero fue interceptado por un fanático que lo empujó
y lo sacó de la carrera reteniéndolo aproximadamente unos quince segundos y
haciéndole perder el ritmo. Vanderlei en vez de rendirse, se reincorporó y
siguió adelante, no logró la medalla de oro pero sí la de bronce, que de
igual manera lo hizo muy feliz. Mostró una gran fortaleza mental para
recuperarse de una adversidad tan atípica, para superar, la frustración, el
malestar, enojo, dolor fisco (en los deportes de resistencia hay mucho dolor
físico, el detenerse y luego reincorporarse agudiza el mismo), la
recuperación del ritmo de carrera, desconcentración que genera el suceso y
el miedo ocasionado por la situación de agresión.
George Foreman (box): Este es el caso inverso a los antes mencionados, en
este ejemplo se presenta una ausencia o falta de fortaleza mental. George
Foreman se enfrentó a Mohammed Ali en "Rumble in the Jungle" en 1974.
Foreman de 21 años, mucho más joven y fuerte era el amplio favorito, ante un
Alí de 32 años, a su vez, Foreman había demolido a los clásicos rivales de
Alí, Frazier y Norton. Sin embargo, esa noche venció Alí. Le costó veinte
años a Foreman recuperarse de la derrota, refiere que no se sentía hombre ni
que valía cómo persona y entró en una profunda depresión producto de la
derrota que lo alejó del cuadrilátero, truncando una prometedora carrera y
haciéndole perder millones de dólares, todo por no tener fortaleza mental,
tenía una gran fortaleza física pero no mental. Esto con un adecuado trabajo
psicológico se hubiera podido remediar.
Lo bueno de la fortaleza mental, así como todos los aspectos del trabajo
psicológico con deportistas es que se pueden trabajar, no existe el:
"lamentablemente no tengo esto y no hay nada que hacer", no es así. Las
habilidades mentales se trabajan y se mejoran, así cómo se hace con la parte
física, eso es lo bueno de la psicología deportiva, que brinda soluciones
reales y prácticas.
"NADA HACE MÁS FELIZ A UN DEPORTISTA QUE PODER MEJORAR."